Cuando cortamos una cebolla sus células se rompen dejando libre una enzima que produce un gas llamado sulfóxido propanethial. Al ponerse en contacto con nuestros ojos se crea un ácido sulfúrico suave que provoca las lágrimas, debido al dolor. Cuando nuestro cerebro se da cuenta de la sustancia extraña presente en nuestros ojos hace que las lágrimas laven el contenido. Este es un mecanismo de defensa que la cebolla tiene frente a algunos insectos y animales.
Los estudios muestran que las orejas siguen creciendo hasta 0,22 milímetros por año luego de la niñez, donde crecen rápidamente. El lóbulo sigue creciendo y es mayor en los hombres que en las mujeres. Sin embargo, los canales internos de hueso y cartílago permanecen iguales.
Muchas veces nos pasa que al estar mucho rato en una posición, nuestras extremidades parecen dormidas. La parestesia es causada por el bloqueo de la sangre hacia un nervio que está atrapado, cuando nos quedamos en una posición incómoda. Al cambiar de lugar o moverse, el nervio volverá a tener contacto y la sensación se irá. El adormecimiento es una señal para nuestro cerebro, haciendo saber de la situación.
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